Que tire la primera piedra a quien no le guste disfrutar un rico pancito. Salado o dulce, relleno o no, a la parrilla, tostado y de muchas otras maneras, el famoso pancito es uno de los alimentos más tradicionales del mundo y, especialmente, en la vida cotidiana de los brasileños. En honor a este manjar, el 16 de octubre se celebra el Día Mundial del Pan. La fecha fue determinada por el Sindicato de Panaderos y Pasteleros de Nueva York en el año 2000. Con el tiempo, la receta original que usa harina, agua, sal y levadura, fue ganando nuevas versiones.
Para el Grupo Ocrim, el amor por el pan comenzó en 1951, año en que instaló su primer molino en Nova Odessa, São Paulo, donde desde entonces produce harina para panificación, pastas, galletas y premezclas para uso doméstico. Al año siguiente, en 1952, ya estaba en pleno funcionamiento el segundo molino en el barrio de Jaguaré en São Paulo (Capital), la dirección era para la producción de harina para varios segmentos industriales. En 1953, Belém do Pará recibió el tercer molino del Grupo Ocrim, el primero instalado en la región Norte del país, con ello pudo acceder a un nuevo universo de posibilidades, incluyendo el interior del Estado y las regiones ribereñas, que utilizan los productos en varios segmentos productivos que también se extendieron al Estado de Amapá. En 1962, nació el cuarto molino, otro en la región amazónica, esta vez en Manaus, que sigue siendo el único molino de trigo en todo el estado. En esta región, después de este período, se construyó una terminal flotante privada para descargar trigo.