El origen del nombre «wrap» proviene del verbo inglés «to wrap», que significa envolver. ¡Es eso mismo! Los wraps son sándwiches envueltos o enrollados en bollos muy finos. Surgieron en Estados Unidos, más precisamente en California, en la década de los 90, como una adaptación de un plato típico mexicano: el taco. Desde entonces, han tenido éxito entre quienes buscan una comida ligera y menos calórica, sin sacrificar el sabor. Estos sándwiches enrollados son ideales tanto para el uso diario como para ocasiones especiales. Por lo tanto, incluso se pueden servir en cócteles o fiestas, con rellenos más sofisticados.
Aquí hay algunos consejos para preparar su envoltura en casa:
Elige el pan – El más adecuado para enrollar los wraps es el pan de hoja (de origen árabe, muy fino, fácil de doblar y enrollar. Se vende en supermercados y emporios).
Esmere en el relleno – Deja volar tu imaginación y rellena con lo que quieras – queso crema, jamón, lonchas de pechuga de pavo y mortadela, pollo desmechado, patés, atún, salami, blanquet, jamón copa o capicola, pastrami, parma, etc..
Receta más saludable y nutritiva: agregue hojas de lechuga, berros, rúcula, tomate picado, palitos de zanahoria o pepino, y incluso pequeños trozos de fruta como mango, pera, albaricoque seco o pasas.
Armar esta golosina – Abrir la hoja de pan y en el centro distribuir el relleno. Luego enróllelo con cuidado, como un rollo suizo largo. ¡Córtalo en dos o tres partes y disfruta!