No existe el trigo malo, solo trigo inadecuado para aplicaciones específicas: existe lo que funciona mejor, por ejemplo, en panes que en galletas. Desde el punto de vista de la calidad, no existe ninguna investigación que compare las diferencias genéticas entre el trigo consumido por los sumerios y el que sembramos y cosechamos hoy. Nunca se ha descubierto ninguna diferencia que sea desfavorable para los seres humanos. Tampoco hay alguna investigación que haga tal comparación entre el gluten actual y el del Rey Sol Luis XIV en la segunda mitad del siglo XIV. La comida despierta un interés desmesurado en el ser humano, lo que le lleva a creencias que, tras ser desenmascaradas, son sustituidas por otras. Fuente: Reino Pécala Rae, consultor técnico de Abitrigo (Asociación Brasileña de la Industria Triguera)
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