“¡Si no tienen pan, que coman brioche!”

La cita probable es de la reina María Antonieta (algunos dicen que lo habría dicho la princesa María Teresa de España) cuando le dijeron que los campesinos no tenían pan para comer, dicen que esta es una de las más históricas relacionadas con el bollo. El brioche (los franceses dicen “la” brioche) lleva harina de trigo, leche, levadura, azúcar, huevos, mantequilla y sal. Es un pan dulce, lujoso, de masa delicada y corteza dorada. En ocasiones se aromatiza con agua de azahar y incorpora pasas, fruta confitada o fresca, pistachos, chocolate, etc. Se puede moldear en diferentes formas. El más representativo es el brioche à tête (brioche de cabeza), en clara alusión al cruel destino de María Antonieta. Para colmo, se asemeja a una corona real. Hay también el brioche “couronne”, redondo y hueco en el centro, como un donut; la Nanterre, nombre de una ciudad de la región metropolitana de París, en formato rectangular; “la mousseline”, cilíndrica, hecha en un tubo de metal; y varias modalidades regionales